Delegación completa de estudiantes al Consejo de Facultad de FHCE

Delegación completa al Consejo Federal de la FEUU por el CEHCE

1ª Consejera Directiva Central (CDC) por la FEUU - Sabrina Rodríguez

Secretario de Comunicación de la FEUU - Andrés Fernández

A la comunidad de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación:

El conflicto y la huelga universitaria que hemos realizado para luchar por un mejor presupuesto para la Universidad de la República no fueron en vano: comenzamos la rendición de cuentas con un proyecto del Poder Ejecutivo que recortaba el equivalente a $600 millones en cuatro años, y salimos de la huelga con una resolución del Senado en la que no solo no se pierden esos fondos, sino que se suman $280 millones.

En resumen, derrotamos un recorte equivalente a una facultad entera.

Este aumento, aunque insuficiente con respecto a lo que necesita la Universidad, sí permite:

  • Destinar algunos fondos nuevos para atender la relación de horas docentes por estudiante, de forma de atacar parte del problema de las carreras con cupos y la falta de horarios.
  • Crear dos programas nuevos en el Hospital de Clínicas.
  • Revertir el recorte del Aporte Adicional del Fondo de Solidaridad, que en el proyecto del Poder Ejecutivo venía para eliminarse sin reponer dicho aporte en el presupuesto universitario.

Como FEUU y como Centro de Estudiantes, uno de los principales gremios movilizados en la lucha presupuestal, hemos organizado charlas, volantes, paros, ocupaciones y huelga, dando a conocer, a todo el demos universitario y al público en general, las reivindicaciones que levantamos como estudiantes universitarios/as y las carencias que sufrimos en el día a día, que imponen trabas al ingreso, permanencia y egreso, especialmente para quienes somos trabajadores/as.

Ahora es tiempo de exigir en la interna de la Universidad que una porción del incremento logrado se destine a becas para estudiantes de grado.

Las becas económicas, de alojamiento, transporte, cuidados y alimentación son indispensables para garantizar el derecho a la educación universitaria de miles de estudiantes, así como lo fueron para miles de egresados/as que han podido culminar sus estudios gracias al servicio de Bienestar Universitario. En los últimos años, ha crecido la cantidad de estudiantes que cumplen los requisitos para recibir una beca pero la Universidad no tiene fondos para otorgarlas: 333 estudiantes en el año 2019, 395 en 2020, 843 en 2021, y para este año ya sabemos que más de la mitad de los solicitantes quedaron sin beca. Atender esta necesidad es una obligación urgente.

Para Humanidades, además de la importancia que reviste lograr fondos para atender el acceso a la enseñanza, también es destacable que se haya detenido el recorte del Adicional del Fondo de Solidaridad que mencionábamos: con esos recursos se financia el Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo de la UDELAR (POMLP), que tiene en el primer lugar de las próximas obras a construir la del nuevo edificio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.

La importancia de la lucha por presupuesto también tuvo su ejemplo el año pasado, cuando logramos:

  • fondos para efectivizar cargos en la Tecnicatura Universitaria en Corrección de Estilo (TUCE), que es la carrera más masiva de la FHCE y sin embargo no contaba con fondos permanentes, dando así un paso importante a la consolidación de la TUCE en la Facultad;
  • fondos para extensiones horarias permanentes a cargos docentes que realicen duplicaciones de horarios, para que más estudiantes que trabajan puedan cursar.

Luego de la votación del presupuesto en el Senado el miércoles pasado, la Intergremial Universitaria levantó la medida de huelga.

Pero a caballo del conflicto intergremial universitario, que concluyó una etapa el viernes 7 de setiembre, se ha montado un perfilismo de “okupas” que tiene una intención meramente electorera y mezquina.

La continuidad “okupa” en Humanidades al margen de la FEUU, de ADUR y AFFUR, no tiene otra intención que la de ser una plataforma electoral de cara a las Elecciones Universitarias de noviembre.

Tanto es así, que la ocupación directamente comenzó media hora antes de que se votara el presupuesto universitario en el Senado, con un efecto nulo en la lucha por fondos para la Universidad.

Ya quisiéramos estar ante los clásicos debates del gremialismo, donde se polemiza sobre las condiciones y capacidades de sostener una medida gremial o replegarse de forma ordenada, sobre “entregar una huelga” o “profundizar la lucha”. Cualquiera que conozca mínimamente la débil situación de los gremios universitarios sabe el esfuerzo que se ha realizado para sostener las medidas adoptadas, en plena reorganización de las herramientas luego de la pandemia.

Por el contrario, el campamento en Facultad tiene la intención de generar una gremialidad paralela contraria a un Centro de Estudiantes que ha cumplido un rol protagónico en la reorganización de la FEUU post pandemia.

En los cálculos mezquinos de los titiriteros de esta movida, está la intención de ahorrarse un necesario entendimiento con la mayoría estudiantil que representamos, para imponer un Decanato en noviembre, así haya que intentar partir un gremio o escindirlo de la FEUU o incluso enviar matones a amenazar a las Consejeras Estudiantiles o al Secretario de Comunicación de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Los rasputines de un decano no nato están precipitando la situación a extremos peligrosos.

Ya se habían precipitado los “expulsadores precoces” de la agrupación Humanidades en Acción, cuando al día siguiente de haber sido DUPLICADOS electoralmente y en plena catarsis, dijeron haber “echado” del gremio a quienes horas antes habían tenido que saludar reconociendo la abultada derrota, con la típica pleitesía de estilo. El bochorno político que generó tal situación, hizo que el acto de “expulsión precoz” fuera el último acto, al menos nominal, de Humanidades en Acción, hoy desaparecidos en acción.

Pero como en épocas de “coucheo emocional” “lo que importa es la actitud”, cambiar de nombre y ponerle mística parece la “solución” al abandono de la anterior denominación impresentable.

Este razonamiento, aunque parezca burdo, es sin embargo lo único que explica el campamento en humanidades al margen tanto de la Intergremial de Facultad como de la Intergremial Universitaria: un intento por cohesionar a un grupo de amigos a base de “talleres de pan casero” y confraternización de acampantes, para sustituir la ausencia de un PROGRAMA UNIVERSITARIO Y GREMIAL.

Y aunque TODOS LOS GREMIOS UNIVERSITARIOS hayan decidido levantar la huelga el pasado viernes y pasar a otra etapa de lucha en conjunto, los “amiguis” necesitan seguir “okupando” para que su microclima sea óptimo y puedan rebautizarse, y así olvidarse ellos mismos y los demás de que siguen siendo los que hicieron los papelones de Humanidades en Acción y los que “jugaron con fuego” en la puerta de la fotocopiadora gremial que estamos reconstruyendo.

Quizá, entre cantarola y torta frita, los que quedaron afuera de la FEUU por el voto de los estudiantes logren autopercibirse como un nuevo “Centro de Estudiantes”. No obstante, aún si pasada la resaca de este nuevo papelón, la realidad siguiera siendo demasiado dura como para formar un gremio paralelo, el objetivo de los titiriteros estaría cumplido si lograran algunos brazos para las elecciones y encumbrar al “rasputín” de turno en asistente académico, con promesas individuales u otros carguitos, utilizando como material descartable a los incautos de la “mística okupa”.

De esta forma la “nueva confluencia” no es más que las aguas servidas de la agrupación Humanidades en Acción confluyendo en una colectora electoral para noviembre, habiendo registrado su lema horas antes de aprontar los sobres de dormir para el campamento.

Contrariamente al aforismo anarquista, “los sueños de estos okupas, entran sobrados en una urna”. Da vergüenza ajena lo que han hecho con las simbologías y liturgias de otrora, tanto los “pubertarios” tipo Milei como los “pubertarios” del acomodo académico universitario.

Lamentablemente la estética “radical” en Facultad de Humanidades o bien ha quedado vacía, o bien ha sido metabolizada sistémicamente por los proyectos “virtualizadores” del capital financiero para las universidades públicas.

Quienes le están susurrando al oído al Profesor Pablo Martinis que pasarle por arriba a la mayoría estudiantil y al Centro de Estudiantes es la mejor opción para su candidatura, están cometiendo un grave error de cálculo que podría costarle muy caro a toda la Facultad.

Agrupación de Estudiantes 21 de junio

Centro de Estudiantes de Humanidades y Ciencias de la Educación

CEHCE - ASCEEP - FEUU

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