Desde hace años, la 21 de junio ha trabajado con todos los actores antiimperialistas en la FEUU y en el movimiento popular uruguayo, frente a los desafíos que la coyuntura nacional e internacional nos ofrece.

En 2019 señalamos que con el fin del ciclo progresista y el ascenso derechista en América Latina (Bolsonaro en Brasil, Macri en Argentina, el golpe de Estado en Bolivia y los intentos de ahogar en sangre a Venezuela), la FEUU no debía pensar que Uruguay fuera una isla. Sin embargo, la mayoría coyuntural prefirió desdibujar a la Federación en un mar de neutralidad.

Cuando el asedio económico, militar y diplomático a Venezuela llegó al punto más álgido ese mismo año, denunciamos públicamente que la mayoría de la FEUU resolvió entonces una “moción secreta” (no pública) en la que no distinguía entre el gobierno constitucional y el títere autoproclamado de Guaidó.

Esa misma mayoría timorata terminó bloqueando una propuesta de declaración frente al balotaje de 2019 en nuestro país, que llamaba a votar en contra de la derecha (a favor del candidato del Frente Amplio).

Para nosotros la equidistancia y la neutralidad no son una opción; como militantes sociales no nos puede dar lo mismo el centro que la derecha. Creemos que la FEUU debe estar a la altura, sin complejos, para decir lo que tiene que decir, públicamente.

Como la organización estudiantil más importante del Uruguay, la FEUU debe posicionarse tanto ante la realidad nacional como en forma solidaria con los movimientos populares de todo el continente que se organizan para resistir los ataques imperialistas, los golpes de estado o los ajustes que las oligarquías locales nos quieren imponer.


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