Antes de que la reforma de 2014 eliminara el Semestre Básico Común, los estudiantes cursaban la asignatura Introducción a la Universidad; desde luego, esta eliminación no fue casualidad. Este curso formaba en cogobierno, introducía al estudiante en la historia del Movimiento Estudiantil, en cuáles son nuestros derechos y cómo fueron conquistados; en el papel contrahegemónico que ha tenido nuestra Facultad desde su fundación y sobre la necesidad de la investigación en Humanidades al servicio del interés de nuestro pueblo.

Hoy entran nuevas generaciones a la Facultad sin conocer realmente cómo funciona la institución, sin saber cuál es el papel de Humanidades dentro de la Universidad, sin pasar por un ámbito institucional que promueva su construcción colectiva desde el orden estudiantil, informando sobre los derechos y obligaciones que conlleva pertenecer a esta Casa de Estudios.

Desde la Agrupación de Estudiantes 21 de junio venimos insistiendo en la generación de un curso introductorio que contemple todos los puntos expresados anteriormente. En este sentido, en el Consejo hemos argumentado reiteradamente en contra del curso de 5 días, Introducción a la Vida Académica (IVA), con el que han querido suplantar a Introducción a la Universidad. En su programa se planteaban objetivos imposibles de cumplir en tan pocas horas de clase, y al final se terminaba mostrando poco más que las normas APA y alguna presentación de PowerPoint con información institucional. La insensatez de su implementación derivó en que muchos estudiantes o bien se lo saltearan, o bien se lo intentaran “sacar de arriba” rápidamente.

Lamentablemente, el asunto va de mal en peor. Si el IVA era decepcionante, a Introducción a la Vida Universitaria (IVU) ni siquiera se le puede llamar curso. En plena pandemia, con estudiantes que nunca han podido pisar la Universidad, la FHCE ofrece un “curso autogestionado”, con Zoom de consulta opcional y unos “trabajos”. Básicamente a la nueva generación la Facultad le dice “manejate”.

El IVU es el curso con el que la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación le da la bienvenida a las nuevas generaciones; debería tratarse de un curso ejemplar, con la participación de los docentes de más alto nivel que dan prestigio a nuestros Institutos. Debería tratarse de un curso que en vez de espantar a los estudiantes, los invite a quedarse; un curso que dé cuenta de lo mejor que tiene esta Casa de Estudios, para alentar la permanencia en la institución.

Es insólito que en algunas carreras haya que ser estudiante avanzado para encontrarse con un docente grado 5. ¿Qué pasa con los Profesores Titulares?, ¿se les cae algún título por bajar al llano a intercambiar con los principiantes? ¿Qué pasa con los docentes de Dedicación Total?, ¿no pueden dedicar un par de clases a bienvenir a la nueva generación?

Pareciera que sí, porque la bienvenida autogestionada, de integradora tiene muy poco. UNA SOPA DE LETRAS Y UN AHORCADO como formas de evaluación, hablan demasiado sobre el nivel del curso. 178 estudiantes reprobaron o desistieron del IVU, y a la Unidad de Apoyo a la Enseñanza le parece “un buen número”. Cientos de consultas que podrían haber abordado con un curso serio de introducción, tuvieron que ser atendidas por delegadas al cogobierno; entre las Consejeras, delegados gremiales y de carrera, se hizo un esfuerzo honorario increíble por intentar cubrir la ausencia institucional.

Por todo esto, una vez más ponemos sobre la mesa la exigencia de un curso introductorio digno.


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