Defendamos las Humanidades, la Educación Pública y los derechos estudiantiles

Nuestro tiempo nos enfrenta a un contexto de recorte presupuestal a los entes públicos, a un proceso de adaptación de la Universidad a las demandas del mercado y a la denominada por el Gobierno “Transformación Educativa”, que apunta a pauperizar los contenidos disciplinares de Educación Media y Formación Docente, sustituyéndolos por “competencias”.

Este proceso de mercantilización de la educación ha dado un gran paso en nuestro país con la llamada “Segunda Reforma Universitaria”, que “más que de inspiración Cordobesa fue a la Bolognesa”1. Impulsada por el ex rector Rafael Guarga y continuada y profundizada por el ex rector Rodrigo Arocena (2006-2014), se basó en los preceptos fundamentales del proyecto educativo neoliberal, fue continuidad de la reforma de Rama de 1996, y no es otra cosa que la implementación del Plan Bolonia en Uruguay.

En los lugares del mundo donde el proceso está más avanzado se pueden ver los resultados: cobro o incremento del costo de las matrículas universitarias, tanto de grado, como de posgrado o maestrías; desprestigio de las licenciaturas humanísticas y artísticas; desvalorización de los títulos; prácticas profesionales obligatorias en empresas privadas como forma de llegar a la cantidad de créditos exigidos; desfinanciación de la Universidades Públicas.

Sabemos que la coyuntura es de un enorme retroceso político en nuestro país y la Universidad no es una isla progresista a salvo de nada. Por eso nuestra Agrupación de Estudiantes 21 de junio ha venido trabajando por el fortalecimiento de las herramientas gremiales y la unidad entre los órdenes universitarios para defender la Educación Pública.

En esta línea: promovimos la lucha contra la Ley de Urgente Consideración (LUC) a la interna del estudiantado universitario, primero posicionando a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) en favor de un referéndum y luego organizando la campaña por el Sí en Humanidades, en coordinación con las organizaciones del Municipio B, etapa que encontró a todo el Movimiento Popular con organización y lucha en las calles. Lamentablemente, todo el esfuerzo de las organizaciones sociales, que a lo largo y ancho del territorio nacional desplegamos una gran campaña, no fue suficiente para ganar la instancia del referéndum del 27 de marzo. El balance de esta derrota, lejos de paralizarnos, debe motivarnos a redoblar esfuerzos para la organización y movilización ante el ajuste económico y la reforma de la seguridad social que están sobre la mesa.

Impulsamos la Lista Unitaria de la FEUU que se ha constituido en la conducción nacional de nuestra Federación y que ha posibilitado su reorganización con la reconstrucción de centros y asociaciones de estudiantes, hasta el momento gravemente debilitados o directamente destruidos, por la virtualidad de la pandemia.

Trabajamos en el marco de la lucha presupuestal de este 2022, reconstruyendo la Intergremial Humanidades con los demás sindicatos de nuestra Casa de Estudios, desde la Secretaría de Asuntos Gremiales del CEHCE, encabezando como FEUU la difusión de la problemática presupuestal en todos los medios de prensa, realizando charlas, volanteadas, actos, paros, marchas y finalmente la Huelga Universitaria, que ha logrado arrancarle a este gobierno 280 millones de pesos.

Ahora es tiempo de defender, en la distribución interna de la Universidad, un mayor presupuesto para becas de Bienestar Universitario que permita abarcar la enorme demanda estudiantil y la asignación presupuestal que nuestra Facultad necesita para lograr: más salones y cargos docentes que permitan ofrecer más horarios para poder cursar, terminar de efectivizar todos los cargos de la Tecnicatura Universitaria en Corrección de Estilo (TUCE) y mejorar el funcionamiento y horarios de biblioteca y bedelías.


[1]:

Bolón, Alma, Ferrer, Walter. Aquellas luces, estos mercados, Tiempo de Crítica (26 de octubre de 2012).


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