Habiendo retornado a la presencialidad luego de la pandemia con los fundamentos y criterios, tanto pedagógicos como académicos, que se han desarrollado desde los distintos órdenes, hemos planteado la necesidad de una política focalizada para garantizar la continuidad educativa de quienes comenzaron sus estudios de forma virtual y vieron su formación interrumpida.

La Facultad ya cuenta con antecedentes en este sentido, como fue la generación de alternativas para los estudiantes de Museología cuando cerró dicha tecnicatura —cierre por falta de presupuesto al que en su momento nos opusimos—. Nuestros reclamos permitieron que el Consejo aprobara un recorrido por asignaturas de las licenciaturas de Historia y Antropología, que posibilitó el egreso de muchas compañeras y compañeros.

Con el fin de lograr una estrategia de continuidad educativa, desde la Comisión de Organización de la Enseñanza y en conjunto con los demás órdenes, desarrollamos un trabajo de consulta a los Institutos, haciendo un relevamiento de la situación de los estudiantes en cada carrera. Considerando la diversidad de situaciones en estudiantes halladas y las distintas posturas docentes al respecto, se amplió el margen de abordaje en los diferentes casos. La generación de materiales didácticos que permiten dar apoyo a las materias de asistencia libre, la habilitación de evaluaciones en forma remota, la coordinación en una determinada semana al mes de las actividades prácticas de los cursos teórico-prácticos en algunos casos, la planificación de instancias que permiten dar acompañamientos especiales en los horarios de atención de los docentes, la realización de tareas a través de EVA, la posibilidad del registro de las clases por parte de los/as estudiantes y/o docentes, fueron algunas de las alternativas que se desarrollaron. Entendemos necesario seguir trabajando en este sentido y que el Consejo se haga cargo de posibilitar el seguimiento docente en cada caso.

La defensa de la presencialidad no implica negar la articulación de la tecnología digital con las clases en el aula. Entendemos que esta articulación es necesaria, con materiales de estudio a disposición en todas las plataformas y garantizando el derecho a la asistencia libre en los cursos teóricos. Nosotros hemos impulsado y encabezado la reapertura de la Fotocopiadora Estudiantil, donde se digitalizan cientos de documentos que nutren las distintas plataformas virtuales y donde circulan las desgrabaciones de las clases impresas entre compañeros.

No obstante, no somos ingenuos ni promovemos la ingenuidad. Sabemos que nuestra Facultad está en peligro en el presente contexto de ajuste contra la Universidad de la República: la coalición de gobierno impulsó un modelo de enseñanza virtual que, además de precarizar nuestra enseñanza a nivel pedagógico y el desarrollo disciplinar a nivel académico, era la excusa perfecta que tenían para el recorte presupuestal. En ese sentido fueron los proyectos de ley presentados por Felipe Schipani (Partido Colorado)6 y Jamil Murad (Cabildo Abierto)7 en 2021, y el empecinamiento de Claudio Rama, actual asesor del MEC, en la instalación de una enseñanza virtual para recortar horas docentes8.

En otras facultades, como Derecho, cuyo decanato lo puso la CGU, varias carreras dejaron de ofrecer clases presenciales en la noche, dejando para los trabajadores una propuesta educativa de menor calidad. En Humanidades, vamos a seguir luchando desde el Consejo de Facultad y en todos los ámbitos por mejores condiciones de estudio para una enseñanza de calidad sin exclusiones.


  1. Ver artículo en la diaria del 13/10/2021.
  2. Ver proyecto de ley.
  3. RAMA, C. 2014. La virtualidad universitaria en América Latina. Universities and Knowledge Society Journal. RUSC. 11(3). pág. 37. http://doi.dx.org/10.7238/rusc.v11i3.1729.

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