Nuestro tiempo nos enfrenta a un proceso de ajuste contra el pueblo uruguayo, y de ataque a la educación y las empresas públicas, lo que a las/os estudiantes de Humanidades, mayoritariamente trabajadoras/es, no nos puede ser indiferente. Es de perogrullo decir que la carestía con este gobierno se ha vuelto un lastre para cualquier estudiante: el aumento del precio de los bienes de consumo, del combustible y del boleto, la rebaja del salario real, constituyen la primera dificultad para ampliar el acceso a la educación universitaria. Por todo esto, a la FEUU y a las/os estudiantes nos debe llamar a la acción el actual estado del país.

Hoy, aún más que ayer, es necesario luchar por las y los más postergados, por el progreso de la humanidad y el acceso básico a derechos fundamentales como la salud pública, la vivienda y la educación; debemos seguir enfrentando con originalidad y convicción esta etapa, para encontrar mecanismos de movilización que permitan desplegar y cuidar lo más rico que tiene nuestro pueblo: su enorme potencial de lucha, su unidad histórica y su accionar solidario.

Las enormes reservas de solidaridad se activaron en nuestro país cuando cientos de miles quedaron sin ingresos por la pandemia y el gobierno no ofreció planes serios de apoyo económico: centenares de ollas populares surgieron en pocos días para evitar el hambre que acechaba cuando los ingresos se cortaban o las familias dependían de los míseros subsidios por desempleo.

Esta solidaridad no sólo es muestra de las fuertes bases morales de nuestro pueblo; también es un acto político en el que miles de compañeras y compañeros gritan fuerte y alto que no se rinden frente al ajuste y el saqueo. Con el alza de los precios de los granos y la carne, los grandes exportadores llenan sus bolsillos; riqueza que casi no “derrama” en los pequeños productores, y que se traslada en enormes aumentos de los precios de la comida para las familias uruguayas.

Para avanzar en su proyecto de país, la coalición de gobierno ha apostado a debilitar nuestros sindicatos y nuestro derecho a huelga, a pauperizar económicamente a vastos sectores de la sociedad y a poner a las fuerzas represivas del Estado contra las movilizaciones, contra los pobres y contra los jóvenes.

Necesitan tener de su lado a los criminales fascistas que siguen impunes, a quienes les hacen guiños a diario. Necesitan aplicar la censura previa a los trabajadores de los medios de prensa públicos, y devolver los favores recibidos de los grandes grupos privados de comunicación. Necesitan perseguir políticamente a maestras y profesores, y atacar al cogobierno universitario, llenándose la boca con falsos “ataques a la laicidad”.

Necesitan todo eso porque le tienen miedo a nuestro pueblo. Le tienen miedo a nuestras históricas movilizaciones pero también al fortalecedor despliegue solidario que el Movimiento Popular está llevando a cabo para que ninguna trabajadora, estudiante o vecina quede atrás en esta crisis.

La relación de la FEUU con el PIT-CNT y las organizaciones sociales debe ser prioridad para enfrentar el ajuste, y poder sostener y mejorar las condiciones de las/os estudiantes, también ciudadanos y trabajadores, conditio sine qua non para pensar en una inclusión verdadera en la Universidad.

En este marco apostamos a la unidad de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, para su fortalecimiento como herramienta estudiantil en alianza con el Movimiento Popular.

En Humanidades, la Agrupación de Estudiantes 21 de junio (lista 21) y la Tupac Katari (lista 85), unidas en el lema “Defendamos a la Educación Pública” de cara a la elección de Consejeras/os Federales, promovimos e integramos la Lista Unitaria 1929 hacia la Mesa Ejecutiva de la FEUU.

La Lista Unitaria 1929 es una apuesta colectiva, entre corrientes y centros de estudiantes de diversas Facultades, que con mucho esfuerzo hemos sostenido el trabajo de la Federación en los años de pandemia; es una alianza por la reconstrucción de nuestra FEUU y la recuperación de centros de estudiantes que se vieron muy debilitados en el último tiempo, con la perspectiva de fortalecer la incidencia de la Federación en la realidad universitaria y nacional, y organizarla para defender la educación pública y los derechos estudiantiles.

La única salida para que la crisis no la pague el pueblo será resistiendo el ajuste. Honraremos la unidad obrero-estudiantil en la lucha y la resistencia: porque sólo la lucha define.


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