Con la llegada de la pandemia en pleno inicio de los cursos de 2020, momento de mayor recaudación del servicio de fotocopiadora, el servicio estudiantil debió cerrar, quedando paralizado, dejando y generando una serie de deudas e impidiendo la posibilidad de los estudiantes de acceder a materiales de estudio. Desde la 21 de junio, a pesar de no tener la responsabilidad de Finanzas en ese momento, durante la pandemia logramos que el Consejo de Facultad aprobara becas de fotocopias para garantizar el acceso a los materiales de estudio a las y los estudiantes que fueron especialmente afectados por la crisis económica y a la vez apoyar a la fotocopiadora del CEHCE. Además, dada la ausencia de la agrupación que debía hacerse cargo de la Comisión de Finanzas (Agrupación 1° de mayo), impulsamos distintas actividades financieras de apoyo a la fotocopiadora —venta de pizzas, bonos de colaboración, donaciones y más—.
Tras las últimas elecciones gremiales, en las que se votó la composición de la Mesa Coordinadora actual del CEHCE, nuestra agrupación retomó la Secretaría de Finanzas y con ella la administración del servicio de fotocopiadora —que había dejado en 2017—.
En 2017, nuestra agrupación entregó la administración del servicio de fotocopiadora con el servicio en funcionamiento, con un fondo superior a los $300.000 y con la tramitación finalizada de la personería jurídica para poner a los becarios en caja, como puede apreciarse en el siguiente documento firmado por la administración de entonces (a cargo de la 21 de junio) y la entrante (a cargo de la Agrupación 1° de mayo): traspaso 2017.
En tales condiciones fue que la Agrupación 1° de mayo recibió la administración de fotocopiadora. La mala gestión, la posterior desaparición de la agrupación y la llegada de la pandemia generaron las condiciones por las cuales el servicio se fundió, viéndose obligado a cerrar y dejando una serie de deudas —de las cuales, algunas de ellas continuaron aumentando con el tiempo—. Dadas las condiciones en las que se encontraba el servicio en 2021 y la importancia del mismo para la comunidad universitaria, fue que nuestra Agrupación se preocupó por retomar la administración del servicio para reconstruirlo, incluso a sabiendas de todo el trabajo y compromiso que esto implicaría. En el siguiente documento puede observarse las condiciones en las que recibimos el servicio, sin fondos económicos y con un monto adeudado de $233.542 —cifra en aumento debido a las deudas que generan intereses—: Documento de traspaso 2022.
Con mucho esfuerzo y militancia fue que logramos a mediados de 2022 la reapertura de la fotocopiadora. Mientras realizábamos las gestiones pertinentes, el local histórico de Fotocehce se vio amenazado con una «acción directa» con fuego en la puerta del mismo —lo cual fue un peligro, dado que se trata de una puerta vieja pintada, en un lugar lleno de papeles, al lado de la biblioteca y el archivo—. Este llamado a la «acción directa» contra la fotocopiadora y a “realizar su funeral” fue llevada a cabo por tres de los estudiantes que conforman la lista 124 (“Confluir Humanidades”) que, sin propuestas en boca, buscaban atentar contra el trabajo realizado.
Actualmente, el servicio de fotocopiadora está en funcionamiento llevado adelante con trabajo voluntario, dado que las condiciones económicas en las que recibimos el servicio no permiten la posibilidad de pago a becarios —lo cual viene siendo el objetivo desde el inicio de este período—. El servicio se ha constituido como un espacio de socialización entre estudiantes, docentes y funcionarios/as, donde toda la comunidad educativa tiene acceso a materiales de todo tipo —como textos e insumos de papelería— a precios accesibles, que cuenta con microondas y jarra eléctrica —generando un espacio en facultad para desayunar, almorzar, merendar y preparar el mate—.
Todo este esfuerzo lo venimos llevando adelante a pesar de las insólitas trabas institucionales que el Decanato nos ha impuesto día tras día. Fotocehce está enfrentando: el corte del internet cableado, la falta de un dispensador de agua —debemos traer agua potable todos los días—, la orden a los funcionarios de no limpiar el subsuelo, el retiro de mesas y sillas de uso público y el envío de funcionarios de la IM a “inspeccionar” con el único objetivo de generar miedo.
Contra viento y marea, las Consejeras de la 21 junio vienen defendiendo a la Fotocopiadora Estudiantil en el Consejo de Facultad.
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