le dijo Virgilio a Dante, y lo acompañó hasta el purgatorio…

El FPE (que aquí aterrizó como FPE Humanidades), es una organización nacida en la Facultad de Ingeniería que, lamentablemente, intenta importar a nuestro gremio su sesgo pragmático y el empirismo ramplón que los ha caracterizado, como derivación desviada de las carreras que se cultivan en su casa matriz.

Esta corriente, que en diciembre juntaba firmas por la presencialidad, ahora, en vísperas de una Elección Universitaria y cuando la campaña mediática arrecia, nos dice que las clases grabadas pueden ser una solución al problema de horarios que sufrimos en la Facultad. ¿Cuántas acrobacias seguirán haciendo estos nuevos abanderados de la virtualidad?

El super radicalismo con el que nos quieren correr por izquierda, los ha llevado a definir no luchar contra la Ley de Urgente Consideración, no pelear por presupuesto en este período de gobierno, y no participar de la marcha del 14 de agosto, porque aparentemente TODO lo que implique defender los intereses populares es “hacerle el juego al Frente Amplio”. Al parecer se fueron por la izquierda y aparecieron del otro lado.

Su organización ha acompañado silenciosamente la injerencia del Banco Santander en la Udelar, y no es de extrañar: con las importantes donaciones que este Banco realiza a la Fundación Ricaldoni (de la Facultad de Ingeniería), en varias Facultades han tenido mano de yeso en el cogobierno.

Con mucho alboroto intentaron tapar su “neutralidad” en la última elección rectoral, absteniéndose de votar en contra del candidato del Banco Santander, Rodrigo Arim. Y ahora, cuando el Rector coquetea con la virtualidad en la prensa, acomodan rapidito el discurso. Entonces, que mejor vayan a hacer la “prueba del carbono 14” de la independencia política a otra parte.

Luego de abandonar las secretarías de la Mesa Ejecutiva de la FEUU para las que fueron electos, han decidido presentarse a estas Elecciones Universitarias por fuera del lema de la FEUU; con una perspectiva divisionista se suman a la presión del neoliberalismo 2.0. A estos compañeros les venimos diciendo hace varios años que el autoaislamiento de las fuerzas de izquierda es una concesión a la mercantilización de la educación.

Dante y Virgilio en la entrada del infierno, por William Blake!

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